05 d’octubre, 2006

El Periódico

Foto: FERRAN NADEU
Maragall y sus dos nietos observan ayer los castells desde un balcón del Ayuntamiento de Barcelona.

• Maragall se marchó, sin escuchar a Zapatero, para llevar a sus nietos a ver los 'castells'

Maragall y sus dos nietos observan ayer los castells desde un balcón del Ayuntamiento de Barcelona.

J. T.GAVÀ

En el discurso con que cerró el mítin de la Festa de la Rosa, José Luis Rodríguez Zapatero elogió la labor llevada a cabo por Pasqual Maragall al frente de la Generalitat. "Catalunya está como nunca", dijo el presidente del Gobierno. Maragall no pudo oírle. A aquella misma hora, se encontraba junto a sus dos nietos en uno de los balcones del Ayuntamiento de Barcelona, presenciando la tradicional jornada castellera de la Mercè.El pasado jueves, en el consejo nacional del PSC, Maragall hizo felices a sus compañeros de partido, y de manera muy especial a José Montilla, al efectuar una intervención fuera de programa en la que leyó una improvisada y ferviente defensa del candidato socialista y de su catalanidad. Si aquella improvisación fue muy bien acogida, ayer no ocurrió otro tanto.Oficio religiosoMaragall ya había avisado con anterioridad de que llegaría tarde al acto central de la Festa de la Rosa. Como cada año, y en su condición de president, tenía previsto asistir al tradicional oficio religioso con motivo de la Mercè. Por ello, aunque los 45 minutos de retraso provocaron comentarios entre los periodistas, entre los responsables de la fiesta no hubo preocupación alguna.Fue al llegar cuando Maragall informó de que se iría tras intervenir para acompañar a sus nietos a ver a los castellers. Que el president tenía prisa se hizo evidente en su intervención, improvisada y muy corta, de menos de 10 minutos. Volvió a elogiar a Montilla como lo había hecho el jueves. Dijo de él que "se ha soltado y está convirtiendo en un gran orador", y reiteró el elogio de su catalanidad. Tuvo tiempo para hacer alguna alabanza, breve, como de compromiso, a Zapatero, y para explicar a la audiencia que tenía que irse con sus nietos. Y se fue.Los dirigentes del PSC, en pleno esfuerzo para evitar fugas de votos maragallistas, pusieron buena cara al mal tiempo y se limitaron a asegurar que el president ya les había anticipado sus planes. "Aquí no pasa nada", explicaron, aunque más de uno recordó, en voz baja, que ser presidente del partido conlleva alguna que otra obligación.
Font El Periódico El abuelo Pasqual